El escritor nace de la buena lectura

Afortunadamente, la vida, me obsequió momentos y oportunidades que me acercaron a lo que, en mi presente, podría considerarse como la pasión más profunda que poseo, la literatura. He perdido la cuenta de los libros que he vivido, sí, aprendí a vivir los libros, supongo que soy ambiciosa y no me conformo con solo leer. Tengo la dicha de haber vivido historias fantásticas, de haber visitado tantos mundos, de haber reído, llorado, de haber adquirido conocimientos nuevos, que, de un modo u otro, me empujaron a reflexionar, a replantearme situaciones, a mejorar cada aspecto de mi vida, a evolucionar. Decir que estoy agradecida nunca será suficiente, sin embargo, dar una pequeña parte de lo que he recibido, de lo que he aprendido, de lo que he vivido, es, para mí, una forma de retribución, al menos, en una pequeña parte. Por otro lado, en mis comienzos literarios también descubrí mi amor por la escritura, y con el paso de los años, fui desarrollando ese don, en mi presente, me enorgullezco de mi misma por haber llegado tan lejos, por no haberme rendido nunca, y por continuar dando lo mejor de mí, en cada obra que escribo. Es un verdadero reto sostener una pasión que se expande constantemente, pero también es un privilegio, por esa razón, mantengo mi enfoque en lograr transmitirle al lector, de la forma mas humilde, todo aquello que sale de mi corazón.